martes, 18 de diciembre de 2012

Escuchando SU voz ..


Me sorprendió y sigue sorprendiendo cuanta gente se rinde ante ciertas debilidades y circunstancias de la vida, me sorprende verlas decir :’’hasta acá llegue’’, ‘’no puedo mas seguir adelante’’ … ¿llegaste a tal punto de decir esto? ¿te preguntaste por qué? ¿ te preguntaste si sirve de algo bajar los brazos teniendo un Dios tan grande? ¿será porque estas luchando con tus propias fuerzas, y no con las de Dios?

Muchas veces nos acostumbramos a que todo tiene que ir bien, entonces cuando viene la tribulación, cuando viene la prueba, solemos desesperarnos, y enseguida se vienen a la mente pensamientos como ‘’¿Sera de Dios? ¿Sera este el camino que tiene para mí? ¿Por qué me está pasando esto a mí?’’
No importa lo que haya pasado, Dios sabe por qué pasó. A nosotros NO nos toca saber por qué paso esto o lo otro, sino que lo que nos toca es confiar en que sea Dios quien maneje la situación. Suena tan difícil decir ‘’que sea Dios quien maneje esto’’ pero, de que otra manera puede ser? ¿O acaso conseguiremos la victoria siendo nosotros dueños de cada situación, de cada problema ? Claro que podemos ser nosotros, pero claramente va a llegar un momento donde nos sintamos cansados, agotados, derrotados, cosa que Dios no quiere. Porque el dia que renuncies, vas a estar perdido.

‘’Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti, porque YO soy Jehová, DIOS TUYO.’’ Isaías 43:2

Que las circunstancias NO definan tu personalidad.  Tomate FUERTE de la paz de saber que el mundo ya fue vencido, no renuncies, ni te corras del camino, porque aunque parezca que estás perdiendo, Jesús ya te declara MÁS que vencedor. Solo esforzate y no te desanimes, porque Jehová no te dejará ni desamparará.

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.  Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.  Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.’’  2 Corintios :7-9 y 16-18

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